Las ventajas de ir a una Escuela Libre
Ya son casi 500 los centros educativos que cuentan con pedagogías alternativas. La metodología educativa denominada Escuela Libre o Viva se caracteriza por la unión entre la familia y la escuela; se practica un trabajo intelectual combinado con el juego corporal al aire libre; no hay separación entre escuela de párvulos y primaria. Además, tampoco se usan los tradicionales libros de texto ni lecciones de memoria. Al tratarse de una metodología libre también recibe influencia de otras como la Waldorf o la Montessori.
Con estas características se encuentran en Cataluña 65 escuelas, entre ellas destaca el Espai Garbuix, en Sant Feliu del Llobregat. Esta escuela acoge a niños y niñas de entre 18 meses y 6 años debido a que, como comentan las educadoras del centro, “los infantes menores de 18 meses deben estar en casa con su familia, no en una escuela, y a partir de los 6 la enseñanza es obligatoria”.
Actualmente, el centro cuenta con nueve alumnos y está formado por un equipo pedagógico de tres educadoras: una pedagoga, una psicóloga y una educadora infantil. Todas ellas formadas en Educación Viva.
A pesar de que el precio oscila entre los 250 y 400 euros, se trata de una pedagogía que ofrece, según las educadoras del Espai Garbuix, diferentes ventajas a los alumnos. Cuentan con “una capacidad de autoregulación más desarrollada porque conocen mejor su cuerpo y sus necesidades. Son infantes muy creativos, con grandes habilidades sociales, resolutivos, saben gestionar sus emociones, etc”. Todas estas cualidades se consiguen gracias al desarrollo de la expresión y la creatividad.
"Ofrecer y apartarte"
La Tombarella es una asociación sin ánimo de lucro que implementa el método educativo de la Escuela Libre. Funciona gracias a aportaciones externas: el Ayuntamiento de Sabadell les cede el local y los materiales provienen de las familias o de los vecinos del barrio: juguetes, cuentos...
La presidenta de la asociación, Montse Tombarella, comenta que ellos no son profesores, simplemente acompañantes, nunca intervienen aunque siempre observan. Promueven el juego espontáneo, la autonomía, el respeto y los valores que puedan utilizar los niños en su vida cotidiana y que, según ella, van más allá de los contenidos académicos que pueda ofrecer cualquier centro tradicional.
"El elemento principal para dar una educación libre es, sobre todo, creérselo"
Los niños no siguen una guía ni un horario establecido, sino que hacen lo que quieren en todo momento: comen cuando quieren, juegan cuando quieren, van al baño cuando quieren, duermen cuando quieren. Son autónomos y libres. Las únicas condiciones que tienen son respetar a los demás en todo momento y recoger los materiales que utilizan al acabar.
Las familias cumplen un papel clave en La Tombarella. La Presidenta asegura que sin ellas la asociación no podría seguir en marcha. Cuentan con once familias, cuyas cuotas sirven para pagar los sueldos de los empleados (Montse y dos empleados más, uno normalmente es una madre) y para comprar los materiales que no son cedidos. Asimismo, hay madres y padres que colaboran con ellos activamente, como Tania, que da yoga a los niños, e incluso abuelos y abuelas, que llevan galletas.