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Escola Joaquim Ruyra
c/ Llorer s/n
08905 L'Hospitalet de Llobregat
Telf: 93 440 63 44
Email: 
info@joaquimruyra.cat
Web: www.joaquimruyra.cat

¿Quieres ser voluntario?

La retroalimentación está muy presente en aquella aula, pues mientras que la voluntaria intenta enseñarles nombres de origen español que empezasen por la letra indicada, los diferentes niños se encargan de enseñarle nombres de diferentes orígenes que también empiecen por esa letra.

Cuando todos los grupos ya han realizado las diferentes actividades ya es la hora de ir al patio y así lo indica el timbre. Pero lejos de correr para dejar de hacer la actividad y coger el almuerzo para salir al patio para jugar, como haría cualquier pequeño, los alumnos deciden quedarse unos minutos más para acabarla bajo el asombro de la voluntaria.

¿Quieres ser voluntario?

El colegio ha dejado de ser un aburrimiento

Una vez que los voluntarios, padres de los propios alumnos del centro, alumnos en prácticas, que acabaron la carrera de educación pero no han conseguido encontrar trabajo como docentes o que se encuentran estudiando y han decidido hacer las prácticas en el centro, o cualquier persona que quiera ayudar y dispongan del tiempo para hacerlo, ya se han situado en el grupo que le corresponde con la actividad que previamente el docente le ha explicado disponen de 20 minutos para realizarla antes de cambiar de grupo.

Chaima, una jovencita de 6 años de origen marroquí, se acerca rápidamente a la nueva voluntaria para abrazarla y presentarla al resto de sus compañeros de mesa. Entre presentaciones y risas da comienzo la actividad que consiste en  pensar diferentes palabras que empiecen por la letra que indica el libro de tareas para que posteriormente la escriban debajo.

Conociendo la Escola Joaquim Ruyra

La Directora de la Escola Joaquim Ruyra, Raquel García, y el Jefe de estudios, Miquel Charneco, explican en qué consisten las comunidades de aprendizaje, cómo trabajan con ellas en su escuela y cuáles son los beneficios.

Los niños esperan, en tres filas de ocho, ansiosos a los que serán sus acompañantes por hoy. Los niños de 5 a 6 años aguardan a que sus compañeros más rezagados lleguen al patio de la escuela Joaquím Ruyra para dar comienzo a una nueva jornada.

Una vez llegan a clase, acompañados por su tutor y dos o tres voluntarios, se distribuyen en sus asientos, expectantes a que comiencen las diferentes actividades que tienen preparadas para ese día.

La alegría y la incertidumbre se pueden leer en sus rostros aniñados que esperan ansiosos de conocer si las actividades que realizarán ese día les harán conocer un poquito más el país donde residen. Y es que el 95% de los alumnos del centro educativo de la Florida, un municipio situado en la periferia de Barcelona, son extranjeros.

Algunos de sus voluntarios le preguntan al docente por el método educativo que imparte el centro, denominado comunidades educativas, y caracterizado por las clases distribuidas en cuatro grupos de cinco o seis alumnos en cada grupo y con la supervisión de un voluntario en cada mesa encargado de acompañar a los alumnos en las diferentes actividades que a su vez se encuentra bajo la supervisión del docente.

Mohamed, al ver la sorpresa instalada en el rostro de su nueva compañera docente, decidió explicarle que todos los días tenían la posibilidad de ir al patio y jugar pero como las actividades cambiaban cada día no querían dejarlas a medias porque luego no podían terminarlas y se las tenían que llevar a casa para terminarlas. La voluntaria se quedó sorprendida con ellos hasta que, cinco minutos después, ya habían acabado la actividad y corrían hacia el patio.

 

Una vez finalizó su tiempo de recreo, los alumnos volvieron al aula para seguir con su dinámica educativa, les esperaban cuatro actividades nuevas que deberían terminar en hora y media.

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